La iglesia de San Miguel, edificio gótico-mudéjar del siglo XVI. Conserva la espadaña de una construcción anterior.
Situado en una pequeña hondonada rodeada toda ella de páramos que se abren en dirección a Tordesillas, se encuentra esta pequeña localidad a 20 kilómetros de Valladolid. Su nombre, probablemente, proviene de villano, es decir, los plebeyos o servidores de algún señor feudal. Su apellido es más que obvio al situarse en la comarca de Tordesillas.
Es un pueblo con un amplio historial, ya que sus primeros datos llegan desde el siglo XIII. Así su primera construcción importante fue su iglesia, la de San Miguel, con una portada románica y traza gótico-mudéjar, aunque el devenir de los años, sólo ha permitido que permanezca en pie su espadaña. Hoy, por lo tanto, es una iglesia de ladrillo en lo que respecta al cuerpo principal del edificio, que fue realizado en los años 70 y de piedra en las reminiscencias del anterior. Puede visitarse contactando con el Ayuntamiento.
Otro edificio de cierta relevancia, es el que se sitúa en la Calle Hospital, en el que se encuentra la fachada de piedra de lo que dicen fue un antiguo hospital.
En cuanto a las fiestas, reseñamos dos, las de San Isidro y las de San urbano, ambas en el mes de las flores, mayo, el 15 las primeras y el 25 las segundas. En las primeras, patrón de los agricultores, se da un aperitivo para el pueblo ofrecido por todos los labriegos de la localidad, mientras que las segundas, son las principales y donde se organizan los principales actos festivos que dan una nota de color a sus gentes, gracias a las verbenas, los tradicionales juegos de calva y tanga o un ppculiar concurso en el que se muestran las habilidades que cada cual pueda tener con el tractor.
En cuanto a su gastronomía, hay que destacar que aquí se realiza todos los años la matanza y que por lo tanto, los productos derivados del cerdo son básicos en su oferta culinaria.